De ascendencia Andaluza, nacido en Valencia y criado a la sombra de los Altos Hornos de Vizcaya, Juan Cerezuela (Puerto de Sagunto, 1962) no sabe muy bien de donde es. Cuando le preguntan dice que Latino con la boca pequeña, tal vez porque fue inmensamente feliz en Guatemala, o puede que porque lloró arrebatado por la pura belleza en Florencia. También dice que es de donde están las cuatro o cinco personas a las que quiere, y en su caso no es un tópico.Formado en temas tan interesantes y variados como inútiles, trabajó en cosas que salvo honrosas excepciones le parecieron soberanamente aburridas. Llegó al Nirvana del desempleo, donde comer no se come mucho, pero da tiempo a la reflexión sobre el porqué de las cosas.Auténtico experto en errores y fracasos, demasiado mayor para cambiar o demasiado joven para rendirse, decidió un buen día que le era mucho más sencillo y barato ser misericordioso consigo mismo que culpar a los demás de sus desastres, y desde entonces vive una relativa paz que defiende a capa y espada, y que le permite fantasear aporreando un viejo teclado de ordenador a deshoras.