Las tarántulas venenosas no siempre devoran a los dioses griegos (Raquel Antúnez)
Gea ha decidido que por el momento ya le han tomado el pelo lo suficiente como para no querer saber nada de hombres, después de que el cuernífero de su ex novio se fue con aquella cómo-se-llame. Un reencuentro con alguien que no esperaba volver a ver, da un vuelco a todos sus planes y pone su vida patas arriba. La fantasía de nuestra protagonista vuela, pero su corazón está cerrado a cal y canto. ¿Cómo podrá solucionarlo Héctor?